El presidente del CASLA piensa en no presentarse a las elecciones de diciembre. Tinelli busca convencerlo: sin él, también se bajaría.
Cuando en unas semanas el oficialismo reciba los resultados de la medición de imagen encargada, los resultados dirán que Matías Lammens y Marcelo Tinelli rozan el 85% de imagen positiva. Es decir, si las elecciones fueran hoy, el binomio crecería un 5% con respecto al caudal de votos obtenido en los últimos sufragios de diciembre. Sin embargo, la fórmula del éxito, la que evitó el colapso de San Lorenzo, la que lo formateó y lo levantó, está más cerca de no ser reelegida que de serlo. No por la voluntad de los socios, claro está, sino porque el presidente está analizando seriamente en no buscar la reelección a fin de año. “Está muy cansado, pensá que se pasa la mayor parte del día en el club. Y aparte tiene que monitorear su empresa, guardar tiempo para su familia y amigos... No es fácil”, le contaron a Olé desde el círculo íntimo del pope del CASLA.

Lammens fue el cuadro político que Tinelli descubrió hace un par de años, en un verano en Punta del Este. Lammens, amigo de uno de los primos de MT, convenció de su potencial al showman y desde entonces comenzaron a trabajar en un proyecto que refundara a San Lorenzo. Un proyecto cuya salida a la luz se aceleró debido a la mala gestión de Abdo. Fueron Tinelli y Lammens quienes, de hecho, contrataron a Caruso y trajeron a Buffarini, dos piezas clave para que el Ciclón no se fuera a la B Nacional en la última temporada. Y fueron, también, los elegidos por la Asamblea para conducir la transición y los que validaron su poder en las elecciones, sacando más del 80% de los votos. Enhorabuena para el Ciclón: desde que Lammens/Tinelli administran San Lorenzo, el club cambió la energía. Hoy hay un decente colchón de puntos que logró alejar el fantasma del descenso, los jugadores y empleados tienen los sueldos al día, se eliminó el déficit mensual y el concurso de acreedores está a punto de ser levantado (lo que alejaría al CASLA de la quiebra), se terminó de volver a Boedo, se sumaron -campaña mediática y Cuervomóvil mediante- casi 20.000 socios... Hay fallas, y cosas por mejorar, es cierto, pero son varios los puntos que esta dirigencia puede ostentar. Por eso, la no continuidad de Lammens sería un problema para los votantes: no asoma un sucesor de la misma talla, ni dentro del oficialismo ni en la oposición. ¿Y Tinelli? Por sus innumerables ocupaciones, no puede ser el presidente del club. Pero quiere seguir trabajando desde su condición de vice. El tema es que sólo lo haría junto a Lammens, en quien delega ciegamente. Por eso, todas las semanas trata de convencerlo para que se apunte a otro periodo más. No le viene siendo fácil...
Andres Gomez Franco @agomezfranco (Olé)

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