Vélez venció a San Lorenzo por 2 a 0, con goles de Alejandro Cabral e Iván Bella, en un choque que por razones de seguridad se disputó a puertas cerradas en el Bajo Flores. El equipo de Boedo sumó su segunda derrota consecutiva y no logra salir de la zona de promoción.
Vélez Sarsfield le dio otro duro golpe a San Lorenzo, al vencerlo por 2 a 0 en el Nuevo Gasómetro, a puertas cerradas, en el marco de la octava fecha del torneo Clausura de fútbol de primera división.
Los goles de Vélez, que se mantiene prendido en la pelea por la punta, fueron anotados por Alejandro Cabral, a los 7m del primer tiempo, e Iván Bella, a los 38m del segundo.
San Lorenzo, en tanto, sigue hundido en la zona de promoción por el descenso a la B Nacional; desperdició una chance de sumar en una jornada en la que muchos de sus rivales en esa pelea dejaron puntos en el camino, y se fue con la imagen de un equipo sin alma.
El partido se jugó a puertas cerradas, castigo que le cupo a San Lorenzo por los incidentes que protagonizaron sus hinchas en ocasión de la visita de Colón (1-1, sexta fecha), cuando el árbitro Diego Abal convalidó un gol ilegal del equipo santafesino.
En ese silencio, el gol tempranero de Vélez pareció una cuchillada: Cubero combinó bien por la derecha con Augusto, tiró el centro atrás y Cabral, por el segundo palo y aprovechando la quietud de Buffarini, puso la cabeza para anotar el 1 a 0.
La ventaja le dio comodidad a Vélez para manejar el desarrollo del encuentro, y en la tarea se vio favorecido por lo que hizo San Lorenzo: poquito, muy poquito, por no decir nada.
Sin circuitos ofensivos, sin sociedades, el local se perdió en el orden velezano y apenas si se acercó hasta Barovero.
Al conjunto de Ricardo Gareca ni siquiera le hizo falta, durante la etapa inicial, recurrir a su mejor funcionamiento. Media máquina le alcanzó para controlar el resultado, aunque sí exhibió una carencia: ambición para aumentar la diferencia.
Un remate de Gonzalo Bazán (reemplazante en el entretiempo de Voboril), que se fue por encima del travesaño; y un cabezazo de Gigliotti que detuvo Barovero, tras centro de Buffarini; fueron las aproximaciones de San Lorenzo apenas iniciado el complemento.
El conjunto de Leonardo Madelón exhibió en ambas jugadas una intensidad hasta allí inédita, pero resultó un espejismo: a medida que se fue reacomodando, Vélez logró desdibujar el ímpetu local.
Con sus fuerzas reguladas (afronta al mismo tiempo la Libertadores y la Copa Argentina), Vélez tejió el complemento con paciencia: primero se garantizó el cero en su arco (en función de la ineficacia del local, no le demandó demasiado esfuerzo); y luego lo liquidó con un verdadero golazo de Iván Bella.

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